No sé bien ni por donde empezar. Hace tanto que no escribo en serio en el blog, que me siento un poquito oxidada. Llevo varias semanas trabajando en cosas de la universidad sin parar, y el poco tiempo que he tenido libre lo dediqué a salir en Halloween, que aunque no me arrepiento, no fue el mejor día. Las cosas con S creo que ya las di por terminadas, porque él finalmente se irá de intercambio todo el año próximo, así que no tiene sentido insistir en empezar algo, cuando está fuera de mi poder la inminente fecha de caducidad reducida que se nos viene.
Creo que deben notar por el tono de mis palabras, que viví algunos días sumida en una ligera depresión, me sentí atrapada en una rutina rara, además de una sensación extraña que he tenido dentro durante todo el semestre. Desde que empecé tuve algunos tropiezos que escalaron de ser meras bobadas, a convertirme los días en un eterno retorno cada semana. No sé si me entiendan, pero siento que no me hallo en la universidad, al menos este semestre.
Muy probablemente sean todas ideas mías, pero qué le puedo hacer. De todas formas me he concentrado en cerrar con broche de oro, esforzarme en los últimos trabajos que quedan por entregar, y disfrutar cada pequeño momento lindo que me quede por vivir en estas últimas semanas. Lo más chistoso es que cuando me decidí por hacer eso, por slap myself out of the depression, las cosas se me voltearon un poco, y esta última semana he estado bastante feliz, las cosas se me alinean perfectamente.
Primero, les tengo noticias de que empezaré a trabajar en volver el tipo de contenido del blog una publicación, para finales del otro año. Si alguien que me conozca lee esto, sabrá que a comienzos de este año yo había tenido la idea de hacer una revista online, con colaboraciones de otros y un contenido más variado.
Pero hubo dos problemas que derrocaron mi ingenua e idealista idea, por un lado, algo que aprendí casi de inmediato: construir un proyecto así de ambicioso requiere de mucho tiempo, de mucha ayuda constante de al menos otra persona y también de recursos; y por otra parte, tuve un pequeño-gran inconveniente de fuerza mayor, que me mantuvo lejos de la vida por casi un mes (pero sobre eso les contaré en otra ocasión).
Pero ahora, con un año más de madurez encima, uno de mis mejores amigos me ha propuesto comenzar a trabajar (realistamente), en una publicación de moda y arte (principalmente), confiando en cada uno, a sabiendas de que habrán momentos en que nos odiaremos, pelearemos, lloraremos, sudaremos y reiremos, pero sobretodo trabajaremos muy duro para lograrlo. Esta vez con la ilusión cimentada en llevar esta idea a un medio físico, al menos por una edición (en principio), aunque conociendo a mi amigo, y a mí, sé que haremos lo posible porque este proyecto tenga alas y siga volando solito. ¡Deseenos suerte!
En otras noticias, unas más chistosas y personales, les quiero contar que he tenido periodos en los que quedo en medio de mucha acción romántica, pero siempre termino asustada y he disuelto todo en recuerdos. Creo que quedé traumatizada con mi último novio, pero bueno, ya se me pasará. El caso es que hace unas semanas salí con mi mejor amiga a una fiesta de la universidad, Male, que estaba organizando otra muy buena y querida amiga mía, Paloma. Llegamos, todo chévere, el sitio, el ambiente, la gente. Tras cometer una bobada astronómica (a Male y a mí se nos ocurrió la idiota idea de comprar cerveza en un chuzo al lado del bar donde ibamos a entrar! No sé qué pretendíamos, pero saliendo cada una con dos cervezas en mano, se nos acercó el guardia del lugar a decirnos "Solo porque sé que no captaron la situación, les pediré que se vayan a tomar eso bien lejos de aquí si luego quieren entrar, porque sino no va a ser posible").
Apenadas y muertas de la risa por nuestra infinita bobada, terminamos regalandole a un portero de la zona lo que habíamos comprado, para finalmente poder entrar a la fiesta. Una vez adentro, bailamos felices hasta que crucé mi mirada con la de un chico con el que había estado hacía unos meses. Uno de esos anónimos de una noche, pero que era muy lindo para simplemente ignorar. Digamos que se llama J. A medida que transcurrió la noche, J se acercaba más y más, lo que no era difícil teniendo en cuenta que es amigo de todos mis amigos de la universidad. Estábamos bailando en el mismo círculo, hasta que empezó a sonar una canción de esas que empareja irremediablemente a todo el mundo, y así pasó, pero por los juegos del destino ninguno de nosotros eligió a otra persona, y lo obvio pasó: bailamos juntos. Hasta aquí, no hay nada de raro, dirán, pero lo mejor (¿peor?), está por venir. En medio de la segunda o tercera canción (juro que no había hecho nada raro, ni siquiera un beso le había querido dar), me dice al oído "Oye, mejor nos vamos, ¿no?". Sin que tuviera tiempo para reaccionar, ya estaba atravesando la puerta de un taxi con él, y una vez adentro, el taxista le preguntó "¿A dónde los llevo?".
J agachó la cabeza, me miró por un segundo y luego dijo "A un motel...y barato porfa". Sus palabras me golpearon como un tren, abrí bien mis ojos y le dije "Creo que me voy...", y sin duda me bajé, aunque no sé bien por qué empecé a insistirle a él también que se bajara y siguiéramos bailando.
Opuso resistencia, pero se bajó, bailamos literalmente 2 minutos y otra vez me pidió que nos fuéramos a mi casa o la suya, me hice la loca, le puse mil excusas y finalmente terminó yéndose solito y triste a su casa. Solo espero que haya aprendido la lección. (Jajajajaja ). Para rematar, la cosa no terminó ahí para mí. Pero dejaré el resto de anécdotas para otro post que estoy preparando.
No siendo más por hoy, me despido y les pido paciencia y entendimiento, porque ya están por empezar las últimas 2 semanas de universidad. Quiero que sepan que tengo que hacer un vídeo de stop motion de 14 minutos (a 12 cuadros por segundo), una escultura por medio de planos y otra de volumen de 80cm cada una, un vídeo sobre el erotismo, 10 ilustraciones de 1/4 de pliego cada una, y morir ligeramente llena de redbull y todas las versiones del café de Oma.
¡Las quiero a todas!
Me siento un poco identificada con lo que cuentas que no te hallas este semestre en la U, estoy viviendo algo similar. La rutina y situaciones incómodas generan esos sentimientos, pero tengo fe de que se pasen pronto.
ResponderEliminarCon respecto a tu idea de publicación de moda y arte me parece fantástico.
éxitos
Maria, te entiendo mucho porque a veces me siento muy asi con la rutina, con la universidad y hasta con mucha gente a mi alrededor, me alegra que ya estés mucho mejor, que las cosas estén poniéndose en orden otra vez.
ResponderEliminarCon respecto a lo de J que situación tan incómoda, pero el tipo si fue muy pasado con el comentario del motel, menos mal te diste tu lugar.
Un abrazo y seguimos en contacto.
Muy graciosos los gifs!!
ResponderEliminarMe adhiero en sentirme identificada con muchas de las cosas que comentas.
Y con el tipo aquel...es cierto que a veces nos ponemos como leonas en celo ( la necesidad biológica que llaman) pero el tipo ya estaba rozando el límite entre tragueado calenturiento y guachiman XD.